- 29 Apr 2023
No más estigma, tener esquizofrenia y llevar una vida normal es una realidad
La falta de información y conocimiento de las enfermedades mentales genera discriminación y estigmatización frente a las personas que las padecen. Cualquier sujeto puede sufrir algún trastorno mental; según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 4 personas en el mundo padece de alguna alteración psíquica a lo largo de su vida.[1]
Cuando se habla de enfermedades o trastornos mentales, se hace referencia a alteraciones como la depresión, demencia, autismo, trastorno afectivo bipolar y psicosis como la esquizofrenia; afectando esta última a más de 21 millones de personas en el mundo.[2]
La esquizofrenia es un desorden psicológico que genera distorsión en el pensamiento, percepciones, conducta y conciencia de sí mismo afectando en ocasiones también el lenguaje. De acuerdo con el Ministerio de Salud, en Colombia la prevalencia de esta enfermedad representa aproximadamente el 1% de la población, más de 400.000 personas la padecen.
Síntomas como alucinaciones, delirios, trastornos de pensamiento y movimiento, cambio de la sensación sobre sí mismo, deterioro de las emociones y aislamiento son característicos de la enfermedad.[3]
Los tratamientos para este padecimiento han avanzado a través del tiempo, existen terapias eficaces que disminuyen los síntomas y producen menos efectos secundarios, además extienden su actividad terapéutica a los síntomas negativos de la esquizofrenia como el aislamiento social, depresión, sentimientos de culpabilidad y ansiedad, y síntomas positivos como las alucinaciones y delirios.
Estas terapias funcionan para tratar la esquizofrenia y otras enfermedades mentales como trastornos de conducta u otras alteraciones del comportamiento en niños, adolecentes y adultos, además de trastornos bipolares. Son efectivos para mantener la mejoría clínica en un paciente que ha tenido respuesta a un tratamiento inicial y adicional interfieren lo menos posible en el estilo de vida de la persona.
Estas terapias, combinadas con una alimentación adecuada, hábitos saludables, el no consumo de sustancias tóxicas y el apoyo social y familiar son clave para que la persona logre llevar una vida normal, ya que permiten mejorar la calidad de vida del paciente así como su funcionamiento a nivel social y laboral.
Pese al avance en el estudio y tratamiento de esta enfermedad, el estigma frente a estas personas continua extendido dentro de la sociedad, el desconocimiento y la falta de información hace que la exclusión sea un factor predominante en la población.
Estudios revelan que el 28% de la población no realizaría una entrevista para un empleo a una persona con un trastorno mental y el 18% piensa que las personas con enfermedades mentales son peligrosas[4]. Estas y otras posturas erradas generan que las personas que padecen de algún problema mental sean señaladas, influyendo esto en la recuperación del paciente.
Son muchos los mitos que ha creado la sociedad y que han tomado fuerza a tal punto que se creen reales, afirmaciones como que una persona con enfermedades mentales no puede tener un empleo, no puede sostener una relación personal o familiar, es violenta, es extraña ó dependiente, afecta considerablemente el estado del paciente, lo lleva a aislarse, no pide ayuda y prefiere no recurrir a atención médica.
Sin embargo, es posible cambiar el pensamiento y tener una perspectiva diferente y correcta frente a las personas que sufren de trastornos mentales, ellos no necesitan del señalamiento, necesitan el trato normal por parte de la sociedad.
Informarse, escuchar y sobre todo entender que una persona diagnosticada con enfermedad mental si puede llevar una vida normal, ayuda a combatir y erradicar el estigma.